El mundo del comercio en línea avanzaba lentamente en Colombia. Hasta hace poco, muchos colombianos tenían como plan ir a las tiendas o bancos a hacer sus pagos de manera presencial. Además, la cultura en el país ha hecho que muchas personas no se sintieran tan tranquilas a la hora de cancelar en línea desde su computador, o por celular. Pero el coronavirus aceleró todos estos procesos. Con la cuarentena para disminuir la velocidad del contagio, los consumidores no tuvieron otra opción que recurrir a los domicilios para seguir su vida lo más normal posible. Y los negocios, para facilitar más las cosas, también tuvieron que pasar sus tiendas a plataformas virtuales para sobrevivir.
Cada vez más personas quieren pagar por sus compras de manera remota. Por fortuna, hay herramientas para lograr hacer esto con suficiente distancia social, sin embargo, el temor al contagio ha hecho que hoy muchos ni siquiera estén interesados en comprar en sitios que no cuenten con una pasarela de pagos porque, aún con datáfono, el proceso implica acercarse al domiciliario y dar una tarjeta para hacer la transacción.
Por eso, y para evitar procesos que no fomenten el distanciamiento social, los negocios están cada vez más interesados en proveer al cliente final la facilidad de pagos que no requieran su presencia.
Este tipo de pagos está muy avanzado en países asiáticos, donde la mayoría de personas cancela con este tipo de aplicación. Colombia es un país un poco más rezagado en este tema, debido a que culturalmente los usuarios prefieren el efectivo, o por falta de educación en estas innovaciones, lo cual se traduce en que ni el comerciante ni el cliente tienen aún la suficiente confianza para poner su tarjeta de crédito en un portal de una tienda en internet y esperar a que llegue su mercancía.
Sobre los costos en que puedan incurrir los negocios por este tipo de soluciones, se cree que la eficiencia de esta herramienta supera en dinero el tiempo y la tranquilidad de los dueños de estos comercios.
«Todas las ventas quedan registradas en las plataformas y el usuario puede verlas”. En cuanto a los clientes, la ventaja está en que tienen más opciones de pago, especialmente ahora cuando es difícil tener efectivo y hay restricciones preventivas de salud como el distanciamiento social.La idea es que los comerciantes tengan un proveedor único integral que ofrezca todas las alternativas de venta no presente. «La mayoría tiene solo una cuenta bancaria y con esto sucede lo mismo: es mejor un solo proveedor que tiene todos los servicios, como link de pago datáfono y botón de pago».
A futuro, los medios de pagos diferentes al efectivo van a evolucionar a huella digital y a relojes inteligentes. «Es posible que en unos años la gente pueda asociar su cara a una tarjeta y cuando me acerco a una cámara en el negocio genero el pago». Pero parte de ese futuro ya esta aquí. Varias entidades financieras, por ejemplo, ofrecen manilla para pago o teclas especiales, mientras en Asia la gente solo paga con el celular.
Las opciones ya están listas. Solo falta que los colombianos den ese salto digital.
Fuente: Revista Dinero.